La empresa persigue de forma consecuente el objetivo de reducir la huella ecológica de sus productos y consolidar los ciclos de los materiales. Con una serie de medidas innovadoras, la empresa subraya su papel pionero en materia de sostenibilidad.
PVC granulado con emisiones reducidas de CO2
Desde 2025, Finstral utiliza exclusivamente granulado de PVC producido solo con electricidad verde. Solo en la producción esto reduce ya las emisiones de CO2 por kilo en torno a un 25 %. “El PVC se puede reciclar bien si la calidad es la adecuada”, explica Matthias Fauster, Director de Producción de la planta de extrusión de perfiles. “Desde 2004 prescindimos del plomo como aditivo, mucho antes de que la UE lo prohibiera en 2015. Aunque esta prohibición se flexibilizó temporalmente para los reciclados, nuestros perfiles no tienen plomo y se pueden reciclar por completo.”
Ventanas antiguas, ciclo nuevo.
Quien realmente quiere entender los procesos, tiene que ejecutarlos él mismo. Por eso, Finstral está iniciando en su sede en Oppeano su propio proyecto de reciclaje de ventanas antiguas. El objetivo es conocer en detalle todo el proceso de desmontaje y reciclaje, desde los permisos y exigencias regulatorias, pasando por las numerosas recetas de material y posible presencia de sustancias tóxicas, hasta la separación por tipos y la organización de una red logística funcional. De este modo obtendremos experiencias de primera mano acerca de los retos al final del ciclo de vida del producto y de lo que es necesario para hacer reutilizables materiales viejos. Florian Oberrauch, Vicepresidente del Consejo de Administración, destaca: “La sostenibilidad empieza en los detalles. Finstral quiere compensar su huella de CO2 no solo mediante certificados, sino reduciendo de forma tangible su impacto en el medio ambiente.” Para Florian Oberrauch, esto significa “ahorrar energía y obtenerla de fuentes renovables, a ser posible de producción propia. Evitar residuos de producción, desde descartes a virutas. Diseñar productos que se puedan descomponer y separar por tipos para reciclar. Y colaborar con los proveedores para crear ciclos cerrados que fomenten la reutilización de los materiales en la economía circular. Esta es una meta exigente técnica, legal y económicamente, pero es el camino que seguimos. Y solemos llegar un poco antes que los demás.”
58 % Aluminio secundario.
En 2024, el porcentaje de aluminio secundario era del 58 % de la cantidad total procesada. Para poder reaccionar de forma flexible a la disponibilidad en el mercado, Finstral renunció al aluminio anodizado. En su lugar se utiliza aluminio lacado en polvo de un color similar. El motivo es que el aluminio secundario genera, en comparación con el aluminio primario, en torno a un 90 % menos de CO2 (0,5 kg en vez de 10 kg de CO2 /kg), pero no se puede anodizar sin limitaciones ópticas, ya que la superficie puede presentar manchas. “El aluminio es ligero, moldeable, estable y reciclable de forma ilimitada”, explica Günther Zipperle, quien dirige la producción del lacado en polvo del aluminio en Finstral. “El lacado en polvo es duradero y da nueva vida incluso a perfiles usados. De esto modo, el material conserva su gran calidad, elegancia y proyección de futuro.”
6,64 kg de equivalente de CO2 por metro cuadrado en el vidrio float con una huella de CO2 reducida.
Desde 2025, Finstral está introduciendo gradualmente un vidrio float con una huella de CO2 reducida: 6,64 kg de equivalente de CO2 por metro cuadrado, calculado de la cuna a la tumba (“Cradle to Grave”) a lo largo de todo el ciclo de vida de un vidrio de 4 mm de espesor. Esto lo hace posible el elevado porcentaje de vidrio de fachadas reciclado, que reduce las emisiones en un 42 % en comparación con el vidrio float convencional, sin detrimento de las cualidades técnicas o estéticas. “El vidrio conserva su calidad y su aspecto incluso tras un reciclaje ilimitado”, explica Massimo Rova, dirige en Finstral la planta de vidrio aislante de Oppeano. “Espero que casi todas las empresas de este sector hayan conseguido una economía totalmente circular en 20-25 años.”
3,5 años...
Es el tiempo necesario para que, gracias a la reducción del consumo energético del edificio, las nuevas ventanas amorticen las emisiones de CO2 que han generado, causadas por sus materiales, producción e instalación. Y según el material, se ponen en primer plano otros aspectos, explica Katrien Romagnoli, ingeniera medioambiental: “La sostenibilidad tiene sus propias prioridades según el material del que se trate. En el aluminio, lo que cuenta es el reciclaje; en el vidrio, el proceso de producción; y en el PVC, el equilibrio entre un elevado porcentaje de reciclaje y una elaboración sin plomo. Se trata de ver todo el contexto.” Los resultados se calcularon mediante un modelo de análisis del ciclo de vida desarrollado por Fraunhofer Italia Research por encargo de Finstral. La base fue el paquete de planificación de casas pasivas (PHPP, siglas en alemán) y las Declaraciones Ambientales de Producto (EPD, siglas en inglés) de Finstral. Se compararon la ventana de Finstral más vendida de media en el año 2024 con una ventana de madera antigua (Uf 2,2 W/m²K) con un acristalamiento doble (Ug 2,9 W/m²K, valor g 0,75). El cálculo se hizo para una casa de referencia con calefacción de gas y los datos climáticos de Bolzano/Südtirol.